“MONASTERIO
DE LOS JERÓNIMOS O EL ESCORIAL MURCIANO”
Anteriormente,
con el nombre de San Pedro de la Ñora, tomando el mismo nombre que la
parroquia de dicha localidad, fue fundado el monasterio, primero en el lugar de
La Ñora en 1574-1578 por don Alonso Vozmediano de Arróniz.
Su ubicación definitiva fue debida a las crecidas del río
Segura, que obligaron a cambiarlo de sitio para protegerlo de las riadas.
El nuevo conjunto de convento e iglesia fue construido por
el monje jerónimo, fray Antonio de San José, perito en construcciones y llamado
popularmente “el fraile de la Ñora” y siendo inaugurado por el obispo Tomás J.
de Montes el 1 de febrero de 1738. Parece ser que el monasterio ya estaba
finalizado años antes que la iglesia, inaugurada en la fecha anteriormente
indicada. A partir de entonces los frailes reciben multitud de legados y
donaciones que enriquecen económica y artísticamente el convento.
Los Jerónimos colonizaron gran parte de la Huerta de Murcia,
especialmente la Urdienca.
La Iglesia
está situada en el lado noroeste del claustro. Consta de planta basilical de
tres naves con cuatro tramos precedida de un nártex. El crucero está cubierto
por una cúpula octogonal sobre tambor, con ventanas entre pilastras y rematada
por una linterna rodeada de pilastras de sección semicircular.
La decoración de los muros y bóvedas alterna las yeserías
figurativas y de rocallas con la pintura mural, todas de carácter barroco y que
se da por fechada en su mayor parte entre 1720 y 1740, obra atribuida al artífice
José Balaguer, quien anteriormente había realizado la labra de la fachada y las
yeserías interiores de la
Iglesia de La Merced de
Murcia.
En los cascos de las bóvedas aparecen figuras de los Padres
de la Iglesia
oriental y occidental y en el anillo se colocan rítmicamente parejas de niños.
En las pechinas están representados los cuatro evangelistas con sus símbolos.
El resto de la iglesia está realizado en materiales pobres,
ladrillo y tapial principalmente. Se mezclan elementos geométricos con la
exuberante decoración, en los marcos de las ventanas se crea un copete decorado
como si de unas rocallas se tratase.